Hormiga por un día

Leo leo metamorfosi

Aquel día me fui a dormir y me sentía un poco mareado, la comida que me dió mi dueña olía muy mal y seguramente estaba caducada (o eso pensé yo en aquel  momento), pero yo me la comí sin rechistar ya que me moría de hambre. A la mañana siguiente me levanté y me caí de golpe, ¿qué me estaba pasando?, ¿desde cuándo mi cama se encontraba a tanta distancia del suelo? Asustado miré a los lados y me pareció que todo media el doble, el triple, muchísimo más grande de lo que yo recordaba. Mi cerebro aún no procesaba lo que veía, y me dirigí al cuarto de baño donde mi dueña se suele encontrar a esa hora de la mañana, pero no sabía ni en qué parte de la casa me ubicaba, todo parecía monumental, grandioso, enorme… incluso me atrevería a decir que no lograba ver el techo, o donde acababan aquellas paredes.

Frustrado empecé a correr como si no hubiera un mañana, y cuando por fin me pareció llegar al baño, me encontré con algo que me aterrorizó, me heló la sangre. Allí estaba mi dueña, pero cuarenta veces más grande que yo, me quedé unos segundos inmóvil cuando entonces vi que un gigantesco pie se dirigía hacia mi.

¡Fuera hormiga asquerosa! - gritaba moviendo el pie frenéticamente - ¡ Quédate quieta!

Atemorizado intenté gritar que era yo pero no resultaba útil. Mi peor pesadilla estaba pasando, mi dueña no me reconocía y encima quería matarme, ¡ qué podía ir a peor! Eso fue lo que pensé yo pero realmente todo iba a empeorar mucho. Pasé todo el día escondido esperando que el efecto extraño que había causado la comida en mi se acabara. El rincón de la cocina me acabó cansando y cometí el grave error de moverme porque entonces mi dueña me vió y se repitió la escena de antes. ¡No! ¡Otra vez no por favor! Empecé a correr a toda mecha y me escondí en un agujero que encontré en la pared cuando entonces empecé a sentir que no cabía, mi cuerpo empezó a agrandarse y salí porque sino rompería la pared y entonces vi a mi dueña. Su reacción revelaría si ya me encontraba en mi estado natural.

¡Eustaquio, dónde te habÍas  metido!