Había una vez, en un pueblo, estaban celebrando lo bien que habían ido todas las cosechas. Esta era la semana mas soleada de el año. Todos habían traído lo que obtuvieron para compartirlo con los demás del pueblo, pero había uno de los campesinos que parecía triste.
En aquella fiesta se encontraba Urano transformado en ciudadano, que se acercó a él y le preguntó.
- ¿Qué te ocurre? ¡Estamos de celebración!
- Nadie quiere compartir comida conmigo...
- ¿Y eso por qué?
El campesino le contó que sus cosechas necesitaban mucha agua, y se habían podrido por culpa del sol.
Como no había traído comida no querían compartir con él
Urano le preguntó que por qué no había cultivado unas semillas que regaló la alcaldesa de el pueblo para que todos tuvieran comida ya que en ese pueblo hacía mucho sol y solo se podían plantar unas semillas especificas.
Él, contesto que cuando era pequeño su familia era pobre, y un día su abuelo se puso muy enfermo. Se le ocurrió conseguir algo de arroz ya que era su plato favorito, pero era casi imposible a causa de su falta de dinero.
Cuando era mayor y su nivel económico se estabilizó y podía comprar para cultivar arroz, pero entonces su abuelo murió. Desde aquel día llevaba intentando cultivar arroz en honor a su abuelo.
Esa historia conmovió a Urano, que lo compadeció y le dijo:
- No te rindas nunca, seguro que algún día lloverá y tu abuelo desde el cielo se sentirá orgulloso de ti por haberlo conseguido, y a todos aquellos que no quieren compartir contigo la comida, se les inundaran las cosechas por egoístas.
Al día siguiente ocurrió justo lo que Urano le había dicho al campesino.
Orgulloso recogió el arroz y lo compartió con todos los del pueblo como muestra de que no les guardaba rencor por no haber compartido comida cuando lo necesitaba.
Ahora cada vez que piensa en su abuelo, Urano concede una lluvia en su honor para que puedan comer arroz, como al abuelo de el campesino hubiera deseado.
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